A un lugar de Mieza, de cuyo nombre sí quiero acodarme, venid a contemplar este anfiteatro visto desde lo alto de Los Reventones de Mieza, el MiraDuero de la Peña la Salve. Os presento algo desconocido.
En el centro se observa el meandro del río Duero, el poblado del
Salto con el convento de La Verde entre cipreses y magnolios. Al fondo, a la
derecha, está el picón La Bodega en el que ha sido horadada la central de
Aldeadávila. Y toda la hondonada protegida por los graderíos de estos cuatro
picones, los cuatro Evangelistas, denominados así por aquellos frailes
franciscanos del convento, y que son, LA BODEGA, los dos picones portugueses de
la izquierda PICÁO DAS CANAVEIRAS y PICÁO DAS CARVAS y el cuarto, éste de LA
PEÑA LA SALVE en Mieza, desde el que está hecha la fotografía.
Oídme,
señores de la Junta de Castilla y León, quiero chantajearos con esta amplia
panorámica desde el MiraDuero de La Peña la Salve, más espectacular que esa
Pasarela-Espantajo en el Mirador del Fraile, para la que ustedes han aprobado
250.000 €, un desacorde infinito en esta armonía, esa balanza cajonera o rampa
de lanzamiento hacia un Salto del Gitano entre España y Portugal. Y todo para
sentir el shock del miedo. Muchos sentirán la contracción estomacal al vómito,
al sentirse lanzados al vacío del miedo y suspendidos del vértigo en la punta
de ese voladizo ferruginoso, pero pocos se compenetrarán con los ciclópeos
picones del entorno.
Este proyecto con el que
Junta de Castilla y León abochorna a Las Arribes está incluido en su programa
de Infraestructuras Turísticas, en Áreas Naturales de la Fundación Patrimonio
Natural. Pues yo protesto ante este programa, ante las Infraestructuras
Turísticas, ante las Áreas Naturales, ante la Fundación Patrimonio Natural,
ante el Parque Natural, ante la Reserva de la Biosfera, ante la Junta de
Castilla y León. Y protesto ante el mismo Poncio Pilatos, por colocar ese
Espantajo en la cima de un picón, hijo de la tierra y del Duero, erosionado
siglo a siglo. Sí, 250.000 € son muchos € para un pegote.
Sin embargo no hay acceso
al MiraDuero de la Peña la Salve, más espectacular y más panorámico, aunque no
tenga el shock del miedo. Vengan, vengan y vean, señores de la Junta. Yo les
guío, aunque estoy medio cojo. Antiguamente se accedía desde Mieza a este
Mirador de La Peña la Salve, por un viejo camino de herradura por el que subían
los mulos cargados con dos banastas de aceituna y detrás las mocitas de Mieza
pintando colores en sus mejillas cuando subían Los Reventones. El último tramo
de este camino, unos 200 metros, para ir hoy a La Peña la Salve está hecho un
arroyo emboscado de zarzalones. Si alguien quiere acceder a este Mirador, tiene
que hacerlo y con mucha dificultad a través una finca privada con cañizo
pechado con candado y con ganado bicorne al que los turistas le son extraños.
Hace 60 años no había
Miradores contemplativos, había Miraderos desde los cuales los carabineros
vigilaban el contrabando por el Duero, el tío Rompealbarcas no hacía senderismo,
pero trajinaba diariamente estos vericuetos por su primera necesidad vital:
comer, y aluego mirar las musarañas.
Con unos 20.000 €, “ma o
meno”, de los 250.000, arreglaríamos estos 200 metros del camino. Luego todos
haríamos senderismo por Los Reventones dentro del Parque Reserva de la Biosfera
con los pulmones hinchantes y bufantes como globos, hormigueando en Las Cañás
del tío Morcajo con playeras, mochila, visera y bordón, atrochando riscos,
jumbrios, zambuyos y hojaranzos, jaras, gamonas y escobas, jedigueras y
torviscos. Las mozas entrarán frescachonas, pero saldrán despechugadas,
pariendo morochos y cuajarones de sudores, pero limpias de toxinas y oliendo a
romeros y tomillos. Y si tenéis alguna duda preguntad a los tíos
Descualgabrevas, Rompealbarcas, y Destripaterrones, miezucos que saben
mucho de atrochar a trancas y barrancas. Cerca hay una cueva sin explorar aún,
un viejo corral y casa de cabreros y un poco más abajo por este camino que baja
zigzagueando hasta el Salto de Aldeadávila está la famosa Peña de los Cinco
Culos y el Picón de las Orejinas. Magnífica ruta para drenar toxinas entre
peñascos paridos por la madre naturaleza. El que quiera peces del Duero que se
moje el culo.
No me revestiré del
chovinismo narcisista y pueblerino ensalzando a mi pueblo por encima de otros
de La Ribera, pero llamo a este estrado arribeño a la Junta de Castilla y León
para que conozca los “Mira-Dueros” de Mieza, que NO los conoce. Pero pasen,
señores, pasen y sigan viendo.
Code de Mieza que cuelgas sobre la sima del lecho. (Unamuno)
Esa montaña que, precipitante, ha tantos siglos que se viene abajo. (Góngora)
Este
promontorio rocoso de La Code, nominado por Unamuno “el más imponente mirador
de Las Arribes”, diseñó estos cuatro ventanales panorámicos abiertos a la sima
del Duero, a 426 metros sobre el agua. Y son: el de Unamuno, el de la Virgen de
La Code, el de la Bandera y el del Colagón del tío Paco, admirados ya por el
primer explorador de Las Arribes, Unamuno.
Vista panorámica desde el Mirador de la
Bandera, atalaya de La Code, con muy mal acceso. Esto sí es Reserva de la
Biosfera. Silencio, quietud. El Río, ya no es río, está inmóvil, recostado como
una anaconda entre ambas riberas en el vértice de la V del gran
cañón.
Si presenciáis aquí un
crepúsculo quedaréis enamorados de Mieza. Si se os aparece el ángel de un
almendro florido quedaréis iluminados de emoción.
Si vas muerto a Las Arribes
y en La Code te redimes,
¿Qué más quieres viajero,
que transitas por mi pueblo?
Y
desde el soberbio MiraDuero de La Peña el Águila contemplamos en estas hoces
del Duero el meandro de la antigua pesquera de El Cachón, hoy sumergida 38
metros bajo las aguas. La Peña el Águila nos oculta los cuatro ventanales de La
Code y el de La Peña la Salve. Al fondo el poblado del Salto. Admirad este
panorama, unos 8 Km de hoces del cañón del Duero, en lo ancho, en lo profundo,
en el fondo, vistos desde La Peña el Águila. Al lado está el mayor bosque de
almez en la península ibérica.
Aquí el alma no se
acongoja, no sufre el shock del espasmo, solaza, se ensanchan sus pulmones y se
dilatan sus horizontes. Se cultiva el espíritu.
¡Venid, señores de la
Junta, venid a recrear y a historiar estos seis MiraDueros en Mieza! Esto es
eco-Arribes, el hogar de La Arribesía, el alma de Las Arribes. Este
eco-arribismo que ha sido un secreto guardado durante siglos, está comenzando a
no estar protegido de pegotes.
Su belleza es siempre
nueva cada día, renace y se renueva en cada espectador, porque lo bello, más
que en las cosas, está en los ojos de los que saben mirar las cosas bellas.
Señores de la Junta de
Castilla y León, este intento de chantaje, ¿no merece una respuesta? Si no lo
hacen es que no escuchan a su pueblo, o andan escasos de réplicas.
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