Sigo dando vueltas alrededor de
este helipuerto que la Junta de Castilla y León proyecta construir para posar
ese helicóptero cajonudo sobre un picón de Las Arribes, en el Mirador del
Fraile en Aldeadávila. Perfecto ejemplo de camuflaje para observar sin ser
observado. (Ironía).
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Toda contemplación es un diálogo
entre dos, el que admira y lo admirado, dos yoes que se enamoran y se funden
sin deteriorarse. La belleza, más que en las cosas, está en los ojos que saben
mirar las cosas bellas, y Las Arribes no son belleza sensiblera. Su semblante
hosco, su faz imperturbable, han ido perfilándose en la eternidad de sus
tiempos por la acción de su grandioso arquitecto, el Duero. Fueron las eternas
desconocidas, porque fueron sólo, ellas y el Duero. Las Arribes han sido un
secreto del oeste salmantino que está comenzando a no serlo, a imitar fiordos
noruegos y pasarelas chinas. A Las Arribes nadie le añadió un rasguño. Durante
siglos, sólo el agua las esculpió con su lengua algodonosa de gata zalamera.
¡Solo el agua!
En mi libro “DESDE LAS ARRIBES”
dije que el proceso de formación de Las Arribes había terminado cuando el Duero
fue enmaromado y apresado en tantas presas escalonadas desde La Curva del Duero
en Zamora hasta Oporto, 13 presas a lo largo de 350 Km, presas que niegan hoy
al Duero su definición de río, ya que las riadas, que habían perfilado Las
Arribes, ahora están ya controladas con las presas. Me equivoqué. El proceso de
formación de Las Arribes no ha terminado porque a este mundo siempre le faltará
algo, un camino, una terraza, un espantajo, tender un puente colgante entre dos
picones, precipitante al vacío y bamboleante por los oleajes del viento, para
que produzca miedo, vértigo al abismo, shock del espasmo. ¿A qué vendrán los
turistas?, ¿A admirar el paisaje o a exhibirse estirajándose
auto-fotografiantes y voladizos hacia el vértigo del vacío para un selfie?
Buscan el shock del miedo. Luego lo reenviarán. ¡Guau, qué foto más chuli! Y ya
está. ¡Vámonos! Y se irán. ¿No será un postureo a la carta? La soledad y
vaciedad de nuestros pueblos, ¿estarán condenadas a sufrir oleajes invasivos y
momentáneos de fin de semana de las urbes? Pero seguirán vacíos.
Vivimos en un mundo eternamente
insatisfecho, incompleto y reinventable, en eterna mudanza, en el que los
humanos ponen añadiduras, a veces pegotes, en su afán de engendrar algo nuevo,
un “show-naturae”, haciendo desaparecer lo natural para hacerlo artificial.
Unamuno, vino, conoció Las
Arribes, las amó y las describió así:
" Resquebrájase la
meseta en hondos desgarrones, mostrando al descubierto sus peñascosas entrañas,
pétreos cimientos de la austera llanura de Castilla. El agua tenaz que talla
las rocas gota a gota con secular trabajo, ha ido carcomiendo su peñascoso
lecho y buscando salida entre esguinces y revueltas. En uno de los repliegues
del terreno se ocultan los profundos tajos, las abruptas gargantas, los
imponentes cuchillos, los terribles esfayaderos bajo los cuales, allá, en lo
hondo, vive el Duero, ya espumarajeando las rocas que aún no han cedido a su
labor terca, ya despeñándose en desniveles,… ya por fin, zumbando bajo las
rocas en las espundias".
Luego desembarcaron los técnicos y
mancornaron al Duero construyendo presas. Hoy aterriza el turismo y atrae
moscas golosonas que manosean, acicalan y malforman Las Arribes. ¿A quién le
sobra un tornillo para soldarlo a Las Arribes? Tal vez a quien ideó este
volandero ESPANTAJO. Llamad al mecánico para que se lo atornille. ¿Quién debe
mimetizarse, espantajo con ambiente o ambiente con espantajo?
Aquí en Las Arribes están
realizados un sueño y un proyecto: el sueño artístico del Duero que esculpió
Las Arribes y el proyecto industrial del técnico que encendió la luz del
bienestar. Los sueños, los proyectos y los inventos responden a vanidades, a
necesidades y ambiciones. La insatisfacción, la vanidad y el egoísmo son los
incentivos que espolean a cambiar el mundo. ¿Quién está insatisfecho de que Las
Arribes sean como son, rocosas, abruptas, ásperas, correosas, ceñudas,
agrestes, trabajosas, arriscadas, silenciosas, recoletas? Alguien quiere hacer
a Las eternas Arribes diferentes de lo que han sido. ¿Por qué? ¿Por el humo de
la vanidad o por el brillo del euro? ¿Quién es el Quijotillo que ha inventado
la infografía de ese cajón cubista encerrujao, ese fuego fatuo que espanta los
sueños del gran Quijote-Duero? ¿A qué edad aquel Alonso Quijano tan sensato, se
trastornó y se hizo El Quijote que veía gigantes donde antes palpaba molinos?
Algún Quijotillo confunde hoy picones con espantajos ¿Os imagináis a aquel
asalta molinos de D. Quijote metamorfoseado a político moderno? Buen argumento
para una novela. Buscad quien desenmascare o desembruje al Quijotillo de esta
infografía. En este escenario tan real como son Las Arribes se han inventado
algo irreal, ese monumento megaférrico sobre un picón megalítico.
En este Duero, que es inmortal,
Las Arribes serán eternas. Supongamos que este artefacto megaférrico sea
abortado antes de nacer, o de nacer, sea un efímero, un cementerio de chatarra,
en este mundo eternamente incompleto y reinventable.
Preguntas: ¿Quién exorcizará a ese
Quijotillo de la infografía? ¿Han hecho estudio de impacto ambiental y de
choque mental? ¿Han consultado al Instituto de las Identidades? ¿Qué dice
Iberdrola? ¿Dónde están las voces clamantes en Las Arribes, Medio ambiente,
Ecologistas tan quisquillosos a veces, Seprona…, dónde los comentaristas
viscerales de actualidad política, con lentes tan mono-colores y tonos tan
mono-cordes y tan monó-tonos que aburren a una vaca rumiante, en éste periódico
digital, que inoculan y difunden hasta la saciedad sus resabios para enfermar
al contrario. A ver si los temas partidistas de gobiernos en Madrid
y en otras Comunidades importan aquí más que los temas de Las Arribes…
Pregunto: ¿Toda remodelación debe
adaptarse al tema y al entorno de lo remodelado?
Los que habéis escrito sobre la posible instalación de este “espantajo-mirador” en Las Arribes, ¿Sabéis si el tema está en “stand-by”, sigue adelante o se ha abandonado?....
ResponderEliminarEl Espantajo este, haciendo uso de esa prosopopeya que utilizáis algunos, le he oído decir y criticar que otros antes han hecho barbaridades en Las Arribes, “cuando el Duero fue enmaromado y apresado en tantas presar escalonadas desde la Curva del Duero en Zamora hasta Oporto, 13 presas a lo largo de 350 Km.” ¿Por qué ahora él no va a poder enseñar desde lo alto esas barbaridades hechas, anteriormente, por otros en el río? Que se vean bien. Que se contemple bien esa presa que frena la vida del viejo río, o que se contemple y admire también, esa presa tan bella, bonita y alabada por todo el mundo. Eh? Eh?
Puede que tenga algo de razón el Espantajo. De todas formas, si el mamotreto se llega a instalar, Venancio tú y yo, tenemos que ir allí, que quiero yo verte discutir con el Espantajo justo en el momento de hacernos los dos un ”selfie” lo más adentro de la pasarela, colgados en el abismo.
-Manolo-, el de La Zarza